Una sociedad que está permanentemente vigilada no puede ser
una democracia. Nuestros derechos deben seguir vigentes en el espacio virtual como
en el real.
La información que podamos tener en un ordenador, en el móvil
o en cualquier parte debería de ser privada, nosotros compartimos nuestra información
con quien queremos y no tienen porque vigilarnos.
Nos quejamos por muchas cosas y aunque sea difícil cambiar
esto deberíamos unirnos y hacer algo para cambiarlo.
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